VDL Negra 35: Lo que callan los muertos
Lo que callan los muertos de Ana Lena Rivera, publicado por Maeva, es la lectura que hoy os traigo a Va de Letras. Una novela de misterio que terminé en apenas un fin de semana y en la que he descubierto a una nueva investigadora, Gracia San Sebastián, que hará sus pesquisas acompañada de una particular banda de aliadas: su madre, su hermana, una monja dominica y una de sus mejores amigas. ¡Un quinteto que me ha resultado bastante divertido!
Tengo la manía de comenzar cada serie policíaca por el primer caso en el que aparece su investigador protagonista. Y es que es la mejor manera de descubrir cómo evolucionan las tramas personales de sus personajes y de poder ahondar en los claroscuros que nos muestran. Aprovechando que la autora acaba de lanzar el segundo caso de Gracia San Sebastián, Un asesino en tu sombra, decidí que era hora conocer a esta investigadora de fraudes. Y para ello había que leer Lo que callan los muertos.
Lo que callan los muertos no solo nos presenta la actual vida de Gracia San Sebastián sino, también, a ese círculo familiar que la rodea y que, de una manera u otra, acabará participando en las investigaciones que intenta llevar a cabo. Gracia ha dejado una exitosa carrera laboral en Nueva York para regresar a su ciudad natal, Oviedo, junto a su marido Jorge. Todo ello en un intento por volver a la normalidad tras una tragedia personal que afectó a su matrimonio.
En Oviedo nada es como la vorágine de la Gran Manzana. Allí Gracia se encarga de investigar casos de fraudes a la Seguridad Social. Muchos de ellos se limitan a la gestión de tediosos trámites administrativos y burocráticos aunque, entre la rutina, siempre puede haber un caso más curioso que otro. Y eso es lo que piensa Gracia cuando le asignan el de un militar que, con más de ciento doce años, sigue cobrando una cuantiosa pensión. ¿Quién se estará aprovechándose del fraude? ¿Por qué?
Poco a poco irá deshilvanando la madeja del caso al tiempo que atiende las llamadas de su madre Adela e intenta que su vida con Jorge vuelva a ser la misma. Para que el día a día sea más llevadero, Gracia contará también con mucha ayuda. Se valdrá de la alegría que le inspira su mejor amiga, Sarah, una farmacéutica llena de vitalidad y con un punto de locura; de la cordura de su hermana Bárbara, cardióloga, muy unida a la protagonista; y de la espontaneidad de sor Flo, una monja dominica medio sorda que se conoce a todos los habitantes de Oviedo.
Aunque es, sin duda, el personaje de su madre, Adela, el que se gana todo el protagonismo gracias al desparpajo y la verdad con la que es retratada. Adela es todo un paradigma de madre y al leer sus diálogos he tenido la sensación de conocerla, quizás porque se parece un poco a la mía y estoy seguro que tiene mucho en común con la de otros muchos lectores. Será Adela quien informe a su hija del aparente suicidio de una de sus vecinas, a la que todo el vecindario apodaba como «La Impugnada», quien vivía junto a su hermana y un sobrino.
Gracia irá recopilando información sobre el caso de fraude y, progresivamente, irá conociendo más datos que la conducirán, curiosamente, a «la Impugnada». ¿Pueden estar ambos sucesos relacionados? ¿Por qué se suicidó la vecina de su madre? Una gran cantidad de interrogantes será los que tenga que descubrir Gracia con la ayuda de su original elenco de investigadoras.
«- Mama, nos estamos desviando del tema, ¿qué ha pasado?
– Que la encontró Evaristo y no sabes cómo le impresionó al pobre hombre. Estaba blanco como la harina, como si se fuera a desmayar. La policía vino muy rápido, pero el forense y el juez tardaron casi tres horas. A Evaristo no le dejaban irse hasta que levantaran el cadáver, así que nos quedamos también las vecinas porque no íbamos a dejarle allí solo con el cuerpo de Sofía y la policía. Pero lo peor fue cuando llegó Carmina que…
– Mamá, cuéntamelo ordenado, que no te sigo. Entonces, la Impugnada se tiró al patio, ¿se suicidó? Se me hace rarísimo en esa señora. Y la encontró Evaristo.»
En definitiva, Lo que callan los muertos es el caso con el que descubro a una investigadora nueva y diferente, Gracia San Sebastián. No se trata de una detective al uso sino de una mujer centrada en descubrir fraudes. Quizás estos hechos resulten menos espectaculares que los de otros detectives pero me parecen mucho más pegados a la realidad que vemos en nuestro día a día o en la televisión. Me ha resultado una primera entrega muy prometedora donde la intriga del caso se alterna perfectamente con la esfera personal de Gracia y con los toques de humor que aportan, especialmente, Adela y sor Flo.
Asimismo, los diálogos sencillos y ágiles me han ayudado a encarrilar la trama pero, sobre todo, a crearme en mi cabeza un perfil de cada personaje tanto la protagonista como los secundarios. Además, la ciudad de Oviedo, su arquitectura, sus calles y sus rincones de tapeo (me apunto ya mismo el Vinoteo y sus setas 😉 ) se convierten en otros personajes más, un escenario alejado de lo que me encuentro habitualmente en la novela negra contemporánea y que agradezco. Ahora solo me falta saber qué riendas toma cada personaje en la segunda entrega ya que hay varios frentes abiertos…
A destacar: Una investigación de fraude bien dosificada que sirve como prometedora carta de presentación de Gracia San Sebastián y de su divertido (e improvisado) cuarteto de investigadoras.
Título: Lo que callan los muertos
Autora: Ana Lena Rivera
Editorial: Maeva
Páginas: 312
Precio: 19 € / 10 €
Valoración:
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