La confesión de un padre
El libro que os traigo hoy a Vadeletras es una confesión en toda regla. La de un padre que escribe desde la prisión en la que está encerrado por secuestrar a su hija Meadow. Las buenas intenciones es la tercera novela de la escritora norteamericana Amity Gaige que nos sumerge en el interior de Eric Schroder. A instancias de su abogado, Eric escribirá una misiva a su ex mujer Laura. El objetivo: confesar las razones que le llevaron al secuestro de su hija de seis años cuando, en pleno divorcio, la pareja peleaba por su custodia.
Las buenas intenciones es una narración introspectiva que nos revela el pasado de un hombre que abandonó Berlín Oriental junto a su padre y que, tras establecerse en Boston, adoptó una nueva identidad con el apellido Kennedy. Eric ha llevado una vida sustentada con mentiras pero, a pesar de ello, se considera un padre ejemplar y es ésta la sensación que el lector percibe durante la novela. La de un padre que, al ver limitado el tiempo que puede pasar con su hija, decide actuar a la tremenda y cometer un delito sólo por pasar más tiempo con ella. A lo largo de las páginas, uno es testigo de emotivas reflexiones que destacan el afecto que Eric siente por Meadow, algo que te hace sentir cierto apego por este personaje.
«En cuanto nació Meadow, supe que era excepcional. En primer lugar, no lloró. Aunque entiendo que el llanto de un recién nacido es un signo de vida y de fuerza, me horrorizaba el tópico. Para ser sincero, hasta ese momento había sentido muy poco interés por ella. En realidad, nunca había deseado tener hijos. Es decir, nunca había deseado tener hijos, pero tampoco me disgustaba la idea. Digamos que me daba un poco igual. Pero Meadow no lloró al nacer, y aquello despertó mi interés. Mientras la veía dar puñetazos al vacío en la balanza plateada pensé: «La leche, aquí hay algo»».
El libro de Gaige nos ofrece también una perspectiva diferente de las relaciones familiares, en este caso, desde el reverso más amargo, el de la ruptura y el divorcio. No hay más que poner los informativos un segundo o leer la prensa para descubrir historias bastante similares a la que aquí se narra. Parejas que, tras años de convivencia e hijos a cargo, deciden separarse y no llegan a un acuerdo amistoso sobre la custodia. Las buenas intenciones lleva esta situación al extremo, siempre desde la perspectiva de Eric que, con sus palabras, nos cuenta las pequeñas anécdotas entre padre e hija. Gracias a estas anécdotas descubrimos que Eric no es un tan desalmado como parece y que para él también resulta difícil e incomprensible ver cómo lo que construyó con su pareja Laura ha acabado en los tribunales. Y lo que es peor, con su hija Meadow como «arma arrojadiza».
«Me había acostumbrado al silencio entre nosotros, Laura. Sabía que era una crueldad no llamarte, no decirte que Meadow estaba bien, que la cosa no era tan terrible como tú pensabas. Pero estaba acostumbrado a tu ausencia, y para entonces los dos estábamos acostumbrados a la crueldad. Me refiero a esa crueldad indiferente de dos personas que desmantelan su vida juntas. Es curioso lo mucho que se delibera antes de un divorcio. Tantas dudas y tanto titubeo cuando nadie quiere ser el malo de la película. Pero luego, una vez hechas las declaraciones, una vez trazadas las líneas, empieza una lucha desesperada por el poder y se acabó la cortesía, se acabaron las sutilezas, se acabaron las contemplaciones. Sólo queda ganar o perder».
Con Las buenas intenciones Amity Gaige construye una extensa confesión de un padre que ha cometido errores imperdonables. Unas páginas que son una auténtica declaración de sus motivaciones y su única manera de autojustificarse desde la cárcel. Una carta con la que Eric espera que todos comprendan que es un buen padre, que nunca hizo daño a su hija y que solamente quería pasar más tiempo a su lado. Una actuación desesperada con lamentables consecuencias.
A destacar: Una original reflexión sobre la identidad y los conflictos de pareja, sobre cómo las pequeñas grietas afectivas pueden acabar estallando y afectando a quienes más queremos.
Autor: Amity Gaige
Editorial: Salamandra
Páginas: 285
Precio: 18 €
Ahora no me apetece algo tan duro pero no lo descarto para otro momento. Besos.
No sé qué me pasa con este libro. He visto buenos comentarios, pero cada vez que lo tengo en la mano no termino de decidirme 🙁 Espero que tu reseña me de el empujón definitivo, eso de las pequeñas grietas afectivas que te acaban estallando en las manos me ha llamado la atención.
Un abrazo
A mí al principio no me llamaba demasiado la atención pero luego me llevé una sorpresa. Espero que te animes. ¡Un abrazo!