Una mentirijilla…te cambia la vida
Enfrascarse en la lectura de un libro nuevo y totalmente desconocido resulta siempre muy agradable. No llevas ideas preconcebidas, como cuando lees a un autor de renombre, o a otro cuyas obras se han convertido en fenómenos cinematográficos. El libro que hoy reseño es una de esas joyas que descubres por casualidad, echando un vistazo en las redes sociales o Internet, un libro que te atrapa por la originalidad de su sinopsis, por una portada muy atractiva y una historia que promete. La obra que hoy os reseño es La dama y los laureles, un relato escrito por el inglés Leonard Merrick en 1908 y que recientemente ha publicado Ardicia.
La editorial Ardicia está realizando una gran labor publicando clásicos que habían quedado olvidados como El gran misterio de Bow (del que podéis leer la reseña aquí), una deliciosa combinación de novela negra con fino humor inglés. Os animo a que echéis un vistazo a su cuidado catálogo porque no os va a defraudar. En esta ocasión tampoco lo ha hecho el relato que aquí os presento. Aunque La dama y los laureles ha sido llevada al cine en dos ocasiones, una por Cecil B. Demille en 1921 y otra diez años más tarde por Berthold Viertel, lo cierto es que antes de leer el libro nada sabía de la original trama ni de su autor. El inglés Leonard Merrick era para mí un gran desconocido y ahora, gracias a este peculiar relato que construyó, se ha convertido en todo un gran hallazgo, una lectura con la que he disfrutado, que se me ha pasado muy rápido y que me ha dejado un buen sabor de boca al terminarla y muchas reflexiones. Ahora espero ver también sus versiones cinematográficas.
La dama y los laureles nos narra la historia de William Childers, un hombre que acaba de licenciarse en Oxford y que sueña con ser poeta aunque, su madre, tiene preparado otro futuro para él. Por eso querrá que marche a Sudáfrica para que su tío Somerset le enseñe el negocio de los campos de diamantes. Pronto, el tío descubrirá las escasas dotes comerciales del muchacho y William terminará trabajando como escribano en el juzgado del poblado de Du Toit’s Pan, un monótono lugar donde sus días pasan sin ningún aliciente.
Los días para Willy pasarán como meras hojas de calendario hasta que una noche acude a una representación teatral en Kimberley. Allí, en el palco, se quedará prendado de una famosísima actriz, Rosa Duchène, que protagoniza la obra de La dama de las camelias. Los compañeros del trabajo no pararán de bromear con el enamoramiento de nuestro Willy. La ceguera que acaba malogrando a nuestro protagonista será la ocasión propicia también para que sus compañeros ideen una nueva gracieta: harán que Polly la Pachuli se haga pasar por la archifamosa Rosa Duchène y se camele a nuestro Willy. El resultado de tal «mentirijilla» será toda una sorpresa que descubriréis si leéis este simpático relato.
«Willy, tembloroso, le buscó a tientas la mano y se la apretó. Ciertamente, le costó horrores asimilar que estuviera ocurriéndole algo semejante. ¡Era verdad!, tenía que repetirse. La perspectiva de estar al lado de Rosa Duchène y escucharla hablar, por mucho que no pudiera verla, lo aturdía. No logró dormir en toda la noche, y paso la larga mañana rezando por oír dar las horas en el reloj de péndulo que se había llevado con él para que le informara del paso del tiempo, ahora que el de pulsera no le servía de nada».
La novela de Leonard Merrick nos presenta una trama fresca y original, un relato que nos hace reflexionar sobre hasta qué punto una mentira te puede condicionar la vida, para mal o para bien. Childers, nuestro protagonista, es un hombre algo pusilánime que se ve abocado a un trabajo rutinario y bastante desmotivante y que sueña con ser poeta. A pesar de todas las trabas y desgracias que le suceden, Willy no pierde nunca la esperanza y sigue enviando sus poemas a las editoriales. La aparición de la supuesta Rosa Duchène en escena le supondrá algo de sal a su aciaga vida y quizás el impulso que necesita para confiar en él y coger las riendas de su vida. En este sentido, La dama y los laureles es una historia positiva que nos muestra cómo los atajos inesperados a veces también pueden llevarnos a una felicidad, diferente a la que concebíamos, pero felicidad al fin y al cabo. ¿O será sólo un sueño?
La dama y los laureles es un relato excelente que, tras leerlo, ha generado en mí un sinfín de preguntas. ¿Se puede construir una vida feliz a partir de una mentira como la que construye Merrick? Porque…¿y si eso a lo que llamamos felicidad es siempre una estratagema engañosa? Quizás el truco de la felicidad no esté en buscarla, sino en sentirla tan real como nosotros queramos que sea, tan real como Willy la siente. Pero lo mejor será que leáis esta novela y decidáis por vosotros mismos las respuestas. El final de la historia de amor entre Willy y «Rosa» seguro que os sorprende. Yo al menos no he podido evitar sentir una mezcla de ternura y tristeza hacia el protagonista. Gracias a Ardicia por este descubrimiento, el de un gran escritor que nos deja una agridulce trama sustentada en una mentirijilla algo cruel pero de resultados hilarantes e imprevisibles.
A destacar: Un magnífico relato que reflexiona sobre las consecuencias, positivas o negativas, que las medias verdades pueden tener en la vida de una persona.
Autor: Leonard Merrick
Editorial: Ardicia
Páginas: 97
Precio: 14,50 €
Valoración:
Gracias a Ardicia por el envío del ejemplar.
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