El Recomendado del Mes (Enero 2016): El final de la historia
Pocas veces un libro me ha atrapado tanto como lo ha hecho El final de la historia, escrito por la norteamericana Lydia Davis y publicado por la editorial Alpha Decay. Era mi primer acercamiento a la narrativa de esta autora, conocida especialmente por sus relatos breves, y la experiencia ha sido magnífica, todo un hallazgo que hoy quiero compartir con vosotros en Vadeletras. Porque El final de la historia encierra en una sencilla trama cotidiana todo un testimonio personalísimo de una mujer de mediana edad que se enamora de un muchacho más joven que ella, una relación sentimental que acabará convirtiéndose en casi una obsesión, sobre todo cuando esa relación ya se ha resquebrajado. Por ofrecernos un relato intimista y sincero, por diseñar una original novela a partir de la interioridad de la voz narradora fragmentada en pequeñas anécdotas, por ofrecernos en apenas 200 páginas toda una clase de escritura, por evidenciar cómo la escritura puede servir de desahogo para sacar aquello que llevamos dentro y no nos deja dormir. En definitiva, por construir un aparentemente improvisado relato lleno de belleza, sufrimiento y, al mismo tiempo, mucha sencillez, El final de la historia es el Libro Recomendado del Mes de Enero en Vadeletras.
La narradora de este relato es una traductora y académica en torno a los 50 años que desgrana, en primer persona, cómo fue la historia de amor que vivió con un chico doce años más joven que ella. O, bueno, lo que quedó de ella. Y lo hace desde la sinceridad más profunda, describiendo cómo se conocieron, por qué discutían, qué los distanció, qué miedos, prejuicios o sentimientos encontrados se provocaban el uno y el otro. La narradora también nos contará que está intentado escribir una novela y, al mismo tiempo, su intimísima historia se convierte también en un ejercicio de narrativa en la que su voz nos describe también las dudas que le provoca su escritura: sus dilemas entre qué anécdotas o pasajes incluir o desechar, el porqué incluye pasajes desordenados cronológicamente o, incluso, las dudas sobre el nombre de la voz protagonista.
El resultado es una obra redonda, un relato visceral que destaca por su potente voz narradora, una mujer que acaba de descubrir que ha llegado al final de una historia amorosa, sin saber qué ese iba a ser el final, como nos pasa a todos. Los pedazos que le quedan de esta relación serán los que intente unir, reordenar, para conformar un episodio de su vida que intercalará con las anécdotas de su vida diaria. Un día a día, el que vivió durante su relación con este muchacho, que estará impregnado de esa obsesión amorosa. La narradora no podrá despojarse de las preocupaciones y los sinsabores que le acarrea su relación y, a lo largo de la novela, somos testigos de esa sensación de desasosiego tan real que cualquiera de nosotros hemos experimentado cuando algo nos preocupa y somos incapaces de resetear nuestra mente tan fácilmente.
«Puede que nunca dejáramos de ser conscientes de nuestra rareza, de la posibilidad de que alguna gente no aprobara nuestra relación porque él era mucho más joven que yo, o porque yo era profesora y él era un alumno, aunque no fuera alumno mío y fuera amigo de muchos profesores, además de tener más años que la mayoría de los estudiantes. Pero quizás también éramos sensibles al hecho de que bastaba que nos cogiéramos de la mano delante de nuestro amigos para atraer su atención y satisfacer su insaciable curiosidad por saber qué trato, qué relación existía entre nosotros: ¿me portaba con él como una madre? ¿Me protegía él como un hijo o como un padre? ¿O nos comportábamos como si tuviéramos la misma edad? ¿Estábamos tensos o relajados? ¿Éramos violentos o amables? ¿Desagradables o cariñosos?»
Ese «runrún» constante en la cabeza le impide a nuestra protagonista concentrarse cuando lee, o cuando intenta traducir un encargo o, incluso, cuando está en medio de una fiesta y teme no saber comportarse junto a él, o que él no se comporte como ella espera. A través de la voz demoledora de esta narradora, Davis retrata lo complicado que a veces resultan las relaciones humanas, esas que deberían ejercerse de manera sana y edificante, equilibrada y complementaria y que, sin embargo, muchas veces acaban complicándose por motivos propios y/o ajenos.
El final de la historia nos subraya también la fuerza arrolladora de la escritura, su poder casi sanador, que nos permite sacar aquellos sentimientos que llevamos dentro, como lo hace la narradora, que intenta ordenar los sentimientos del pasado que le impiden avanzar al futuro, liberar su mente de aquel episodio que vivió y que, poco a poco, sutilmente, pero sin avisar, se evaporó. Porque…¿qué queda tras el final de una historia? ¿Cómo se logra que nuestra cabeza y nuestro corazón vuelvan a empezar una nueva historia/novela? En definitiva, Lydia Davis nos ofrece una magnífica obra, hilvanada a partir de anécdotas sin ningún orden cronológico, con una sutil prosa y una sincera voz narradora que se desnuda para nosotros en un certero ejercicio de escritura experimental basado en su historia de amor truncada. Por todo ello, El final de la historia de Lydia Davis es el Recomendado del Mes en Vadeletras.
A destacar: Un prosa intimista hilvanada a partir de anécdotas sinceras que recomponen una truncada historia de amor.
Título: El final de la historia
Autor: Lydia Davis
Editorial: Alpha Decay
Páginas: 240
Precio: 20,90 €
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