La desidia de la vida moderna
Es mi primera vez con Tao Lin. No he leído sus anteriores obras, Richard Yates y Robar en American Apparel, pero tras la publicación de Taipéi por Alpha Decay decidí lanzarme. Tao Lin es un joven escritor americano que se ha convertido en icono de la llamada literatura contemporánea «alternativa» o hipster. Internet y las nuevas tecnologías, las redes sociales, y una prosa donde se mezclan fragmentos de emails, chats, autobiografía y desidia existencial son algunos rasgos que podrían definir a la obra de este autor de padres taiwaneses.
Taipéi tiene bastantes aspectos autiobiográficos. La novela se centra en la vida de Paul, un joven escritor de origen taiwanés que vive en Nueva York. A lo largo de estas páginas, conoceremos cómo es su día a día, marcado por alguna que otra presentación o ponencia sobre alguno de sus libros, por su habitual uso del MacBook o las redes sociales, por sus inestables relaciones de amistad, por las muchas fiestas a las que asiste entre amigos o conocidos, por su desequilibrio sentimental (novias que van y vienen y alguna de ellas, Erin, acabará viajando a Las Vegas y conociendo a sus padres) y, en general, por la desidia con la que afronta la vida moderna. Todo ello aderezado de muchas drogas y muchos fármacos que tanto Paul como el resto de sus amigos y conocidos ingieren sin ton ni son.
«En el cuarto de Paul, Laura trató de identificar con el móvil algunas de las pastillas que había por ahí, entre quince y veinte distintas, casi todas envíos que Charles le había hecho antes de viajar a México, pero la conexión a Internet no funcionaba. El MacBook de Paul, sobre el que había derramado café con hielo, estaba en Kansas para una reparación asequible. Laura se tragó dos pastillas de lo que Paul reconoció como Tylenol 3. Paul se tragó un Percocet y, algo arbitrariamente, a su parecer, tres pastillas de Advil, y luego apagó la luz porque, dijo, empeoraba su dolor de cabeza».
No es difícil descubrir que el protagonista de esta historia no es más que un trasunto de este autor emergente que ha acaparado titulares y portadas en revistas pero también tweets para bien o para mal. Es indiscutible que genera polémica y, cuando me dispuse a leer Taipéi, sabía lo que me iba a encontrar. Aún así he continuado y eso que a veces su lectura se me ha hecho algo cuesta arriba.
La novela no está mal escrita y creo que ese aire de desasosiego y desgana por el que transitan las existencias tanto de Paul como el resto de personajes está muy bien retratada. Sin embargo, hacia la mitad de la historia, quizás esta desmotivación empezaba a contagiarse. Y ahí he comenzado a aburrirme. Y es que durante las 300 páginas de la novela las escenas comienzan a ser repetitivas, quizás por el exceso de realismo al intentarnos transmitir fragmentos de la cotidianidad de Paul. Más y más fármacos, más y más fiestas, y diálogos que no llevan a ningún sitio. O quizás sí.
«-¿Quién es tu mejor amigo?
– Me ha entrado como una…cuando has dicho eso me he sentido supersolo.
-¡No! Lo siento.
-Espera, tendrá que haber alguien – dijo Paul sonriendo- Tengo amigos íntimos, creo, pero luego dejamos de hablar. ¿Que a quién me siento más unido a ahora mismo?
– Sí- dijo Alethia.
– Hmmm…No me acuerdo. Me siento unido a personas distintas por días. Puedo ir intercambiando mensajes con alguien y olvidarme luego de esa persona.
– ¿No te parece a veces que vivir en el mundo es como una mierda?
– No -dijo Paul al cabo de unos diez segundos, y se tapó la cara con las manos-. Quiero decir…el mundo está bien, y me baso en pruebas, porque no me he suicidado. Si me suicidara…podría decir que el mundo es malo, en general».
En definitiva, mi experiencia con Tao Lin ha sido agridulce. Taipéi no es un libro que me haya resultado entretenido y eso que su trama podría haber dado mucho juego. Pero quizás ahí también esta la clave. Que sin esa desidia, ese sinsentido, esas reflexiones que a veces no conducen a ninguna parte, esta literatura no sería Tao Lin. Y creo que, a veces, siempre viene bien descubrir historias que te dejen ese sabor agridulce. Puede que con menos páginas Tao Lin podría haber ofrecido lo que él quería con menos desgaste. En cualquier caso, Taipéi ha sido una experiencia literaria de la que no me arrepiento, quería descubrir que se escondía detrás de este autor tan polémico.
A destacar: Taipéi es una novela que tiene algunos diálogos brutales como el del fragmento anterior que remarcan una reflexión sobre una generación de jóvenes que viven en el sinsentido de la vida moderna, aparentemente segura pero a la vez inestable.
Autor: Tao Lin
Editorial: Alpha Decay
Páginas: 295
Precio: 21,90 €
Valoración:
No me atrae lo dejo pasar. Besos.