Amistad y pasión en la época de la independencia irlandesa
La novela que terminé hace unas semanas ha sido todo un disfrute literario. Ya le tenía echado el ojo hace unos años cuando la localicé entre la famosa lista de los «1001 libros que hay que leer antes de morir» (esa que nunca terminaré) y, cuando leí el argumento, dije que tenía que leerla más pronto que tarde. Y así ha sido. La novela en cuestión es Nadan dos chicos del irlandés Jamie O’Neill.
Nadan dos chicos narra la historia de amistad y pasión entre dos muchachos, Jim, un estudiante reservado hijo del tendero Mr. Mack, y Doyler, un muchacho que trabaja como estercolero y cuyo padre fue compañero de armas del Mr. Mack. Lo que a primera vista parece una novela de iniciación, la de los dos adolescentes protagonistas, es en verdad el relato y la descripción de una época, la de la Irlanda en el año previo a la Pascua de 1916, es decir, durante el levantamiento de los irlandeses contra el gobierno británico.
Si os acercáis a esta novela de O’Neill con las expectativas de encontraros con una trama de amor adolescente sin más descubriréis todo lo contrario. Nadan dos chicos es una novela mastodóntica que destaca por el virtuosismo estilístico del autor, por utilizar un lenguaje muy rico con el que trata temas como el amor, la religión, la homosexualidad sin ningún tapujo, a pesar de la época en que se desarrolla la acción. Pero, además, para estos temas recurre a la ironía, al lenguaje de las calles de Dublín, al gaélico, a referencias literarias como Joyce o Wilde, a expresiones religiosas o militares y a variaciones que van desde el narrador omnisciente, (conocemos cada contradictorio pensamiento de Mr Mack, por ejemplo) al monólogo interior (el que mantiene en su cabeza el personaje de MacMurrough en uno de los fragmentos de mayor calidad literaria de la obra).
«Deseó que la cocina estuviese, qué demonios, oscura. Deseó estar a oscuras, ya que se lo iba a llevar el demonio. Se volvió de lado y una mano se estiró bajo la sábana hacia el agujero que había recortado en el cutí y se abrió paso entre los mechones de crines de caballo hasta que encontró el trapo robado que guardaba allí. Cerró los ojos para escapar a la mirada de Nuestro Señor y la mirada enrojecida del rey Jorge y Sir Redvers Buller, y tachó la imagen de la cara del hermano Policarpo y se quitó la mimosa de la cabeza, y se preguntó cómo sería nadar en el mar, nadar en el mar junto al Forty Foot, mientras su camisa se levantaba y la sábana empezaba a moverse y surgía el olor a cola. El demonio, con el rabo tieso».
Nadan dos chicos es una novela en la que sus personajes secundarios tienen una gran relevancia ya que enriquecen el panorama de la Irlanda de aquella época y muestran la miseria, la hipocresía, las contradicciones de los seres humanos, en definitiva, todas nuestras aristas, las buenas y las malas. Personajes secundarios como el del padre de Jim, Mr. Mack; Anthony MacMurrough, el sobrino de Eva MacMurrough, dama de la vieja nobleza irlandesa; o el hermano Policarpo, católico de doble moral, son retratados de manera ejemplar por O’Neill y enriquecen una historia que, a simple vista, podría parecer un drama romántico, un amor prohibido entre dos jóvenes en mitad de una guerra.
«MacMurrough se despertó al despuntar el día con el cuerpo del chico junto a él. Observó cómo adquiría forma bajo la luz que se iba haciendo gris mientras entraban las voces en su cabeza. Como era habitual, Scrotes permanecía al margen de la refriega, pero MacNab y el capellán se enzarzaron en ella como gatos salvajes.
-Echa un vistazo a esto, decía MacNab. Una dolorosa visión para los ojos de un cornudo.
– No dirijas la vista a la carne desnuda. advirtió el capellán. La bestia cornuda está entre nosotros.
– La bestia caliente, querrás decir.
– ¿Es que nadie tiene conciencia en esta casa del demonio?
Y MacNab: «Un nabo en erección no tiene conciencia señor mío.
Una voz más amable intervino, la Abuelita Tremble, para apaciguar el enfado. Venga, señores, dejen de pelarse, dijo. Tenemos un invitado que se ha quedado a pasar la noche, y el pobre chico está todavía dormido. El pobrecito debe de estar rendido».
Una historia de amor entre dos muchachos que sirve de excusa para que O’Neill nos presente, con un excelente talento literario, una época que me habría gustado conocer más antes de leer esta obra, la independencia irlandesa. Miseria, religión, amor, moral…una amplia variedad de temas que son destacados entre estas páginas de gran riqueza estilística y con las que he disfrutado enormemente. Un aplauso para el autor y otro, sobre todo, para su traductor, Antonio Rivero Taravillo, que tuvo la difícil tarea de trasladar a nuestro idioma todos los complejos recursos estilísticos que la obra contiene.
A destacar: Una novela de iniciación que encierra mucho más: gran innovación y experimentación estilística, una ejemplar construcción de personajes con todos sus claroscuros bien perfilados. En definitiva, Nadan dos chicos es un libro con el que te sientes plenamente satisfecho tras leerlo por la maestría con la que está escrita una historia que podría haber sido muy simple cayendo en los estereotipos. Una lectura totalmente recomendable.
Autor: Jamie O’Neill
Editorial: Pretextos
Páginas: 785
Precio: 38 €
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