El Recomendado del Mes (Mayo 2015): «Vida de familia»
Hemos cambiado de mes y aún no os había enseñado el libro que este mayo ocupa un lugar especial en Vadeletras. ¡Perdonad el retraso! En esta ocasión os traigo una historia que se centra en las desavenencias de una familia y donde se tocan temas como el de la inmigración y el choque cultural. Una obra que destaca por la sencillez y sinceridad con la que está narrada, desde una personalísima primera persona (valga la redundancia), la de un niño de ocho años. Una trama no exenta de humor e ingenuidad, de escenas difíciles pero también de momentos agradables de recordar. Y lo que resulta también más relevante: un protagonista que no es otro que el propio autor camuflado ya que la historia de Ajay Mishra, de este niño de ocho años, es también la historia del escritor Akhil Sharma. Este mayo, en Vadeletras, nuestro Libro Recomendado es Vida de familia de Akhil Sharma y la editorial Anagrama, que ha sido valorada como una de las mejores cinco novelas de 2014 en The New York Times y ganadora del Folio Prize de este año.
Vida de familia nos sitúa a finales de la década de los setenta. Es entonces cuando el pequeño Ajay Mishra, de ocho años, deja Delhi junto a su hermano mayor y sus padres para instalarse en Estados Unidos, en el distrito de Queens. Allí deberán adaptarse a lo que supone la vida en la metrópolis consumista que es la tierra americana: su continuo ajetreo, su individualismo y sus canales de televisión que emiten veinticuatro horas. Pero, no importa, ya que confían en que les espera un futuro prometedor. Sobre todo para Birju, el hermano mayor de Ajay, que tras conseguir unas notas excelentes acaba de ser admitido para estudiar en el prestigioso Instituto de Ciencias del Bronx. Pero un fortuito y desgraciado accidente en una piscina trastocará todo su futuro y, en consecuencia, el del resto de la familia cuya solidez comenzará a resquebrajarse.
«Es difícil imaginar la Delhi de los años setenta: la tranquilidad, las calles sin tráfico, los niños jugando al críquet en mitad de la calzada, y sólo en contadas ocasiones tenían que desalojarla para que pasaran los coches, los verduleros que empujaban su carro calle abajo al final de la tarde, anunciando su mercancía con voz tensa y aguda. En aquel entonces no había videocasetes, y no digamos cadenas de televisión por cable. Una película se proyectaba durante veinticinco o cincuenta semanas en teatros enormes, y cuando dejaban de proyectarla era para siempre. Recuerdo mi tristeza cuando desmontaron el gigantesco cartel que anunciaba Sholay al final de nuestra calle. Fue como si hubiera muerto alguien».
A partir de ese lamentable accidente, el sueño americano de la familia Mishra parece desmoronarse y Ajay, desde la ingenuidad y el desenfado propios de un niño de su edad, será quien nos dirija con sus pensamientos y palabras a través de este drama familiar. Por el camino, el lector se pondrá en la piel de un muchacho indio al que le resulta complejo integrarse en la escuela y que soportará la presión de unos padres que quieren que sea tan brillante en los estudios como su malogrado hermano. Asimismo, también sufriremos junto a la familia de Ajay en su periplo por encontrar una clínica sanitaria que pueda cuidar de Birju. Y, en el trasfondo, toda una reflexión sobre lo difícil que es abrirse camino en Nueva York para una familia de clase media que sufre un imprevisto como éste al que tienen que hacer frente sí o sí, con o sin dinero.
La novela mezcla escenas muy dramáticas, como aquellas en las que se refleja el alcoholismo del padre o las discusiones del matrimonio, con otras que, al leerlas, ofrecen algo de humor y nos dibujan una sonrisa casi sin quererlo.
«-No he tenido ningún regalo de Navidad. Necesito un regalo – dije-. No me habéis comprado ningún regalo. – Y entonces, como había revelado mi egoísmo, me abandoné al llanto.- Tenéis que darme algo. Deberíais darme algo por todo esto.- Apreté las manos y me enjugué la cara con los puños-. Cada vez que vengo aquí deberíais darme algo.
Mi madre me levantó y me apretó contra su abdomen. Mi padre se acercó y se puso a nuestro lado.
-¿Qué quieres?- dijo.
– Quiero comer pizza y quiero golosinas.
Mi madre me acarició el pelo. – No te preocupes, cariño».
Pero, por encima de todo, lo más emocionante de la obra es ver cómo Ajay comienza a refugiarse en los libros y utiliza la literatura como bálsamo para sus problemas, como medio para evadirse. Y poco a poco comenzará a escribir relatos. Una historia que puede leerse en clave autobiográfica. Y es que el propio Akhil Sharma tuvo que hacer frente a un episodio como el de Birju. Quizás también él encontrara en la escritura esa forma para evadirse o para contar lo que pasaba por su cabeza.
«Me imaginé que Birju se moría; era lo que por fuerza ocurriría a la larga. En cuanto lo imaginé, no quise que se muriera. Me invadió una oleada de amor por él. No quería que se muriese, aunque estuviera enfermo e hinchado. Escribí: Acostado en mi cama escucho su tos y me alegro de que tosa porque significa que está viva. Pronto morirá y ya no me hallaré entre los afortunados cuya mujer está enferma. Afortunados son los maridos cuya mujer tose. Afortunados los que no pueden dormir por la noche porque la tos de su mujer los despierta».
Con Vida de famlia, Sharma nos ofrece un pedazo de su drama familiar en la voz del que podría ser su álter ego, el pequeño Ajay. Un relato corto pero intenso, lleno de momentos que se tornan más complejos y duros cuando nos imaginamos que sucedieron y que suceden en la vida real. Una crítica no sólo al etnocentrismo sino también al individualismo occidental y a las trabas de sus sistemas sanitarios. Pero, a la vez, es un homenaje a las familias, a las que aceptamos tal y como son, con sus defectos, sus baches y sus luchas. Y al poder reconfortante de la escritura.
Por esa prosa sencilla pero que evoca una atmósfera cálida, por esas situaciones que muestran los choques culturales desde el punto de vista de un niño que se ve obligado a crecer a marchas forzadas, por introducirnos en la cotidianidad familiar sin caer en lo excesivamente dramático o edulcorado, Vida de familia es nuestro Recomendado del Mes de Mayo.
A destacar: El uso de una primera persona llena de calidez y espontaneidad, la del pequeño Ajay, que nos conduce por los blancos y grises de una familia indica de clase media superada ante una imprevista tragedia.
Autor: Akhil Sharma
Editorial: Anagrama
Páginas: 197
Precio: 16,90 €
Valoración:
No lo conocía pero creo que podría gustarme no lo descarto para más adelante. Besos.