Mordaz y actual crónica de los problemas adolescentes

 Si tuviera que decir cuál es una de mis editoriales favoritas sería sin duda Libros del Asteroide. Y es que cada vez que publica un nuevo libro es matemático: me atrae. No sé si serán la diversidad de historias que puedes encontrar, desde hombres de traje gris a amas de casa desquiciadas pasando por cuentos de fantasmas e incluso novela negra o el cuidado de sus ediciones. «¡Melisande! ¿Qué son los sueños?» de Hillel Halkin ha sido una de mis adquisiciones del Día del Libro y próximamente tendrá su hueco en el blog. Pero, por el momento, os traigo otro de los títulos de su catálogo, uno que se ha convertido en una de mis novelas preferidas: Algún día este dolor te será útil de Peter Cameron.

La obra narra las peripecias de James Sveck, un adolescente de 18 años que acaba de terminar el colegio y tiene que decidir el camino que tomará en su futuro más próximo. ¿Ir a la prestigiosa Universidad de Brown?  ¿O pasarse la vida en una casa de campo leyendo y alejado de la gente? Porque James, que vive con su madre y su hermana Gillian en Nueva York, es un joven muy despierto e irónico al que no le gusta relacionarse con la gente de su edad:

«Únicamente me siento a mis anchas cuando estoy solo. Relacionarme con los demás no es algo natural para mí sino que me tensa y me exige un esfuerzo y, como no lo vivo de una manera natural, cuando hago ese esfuerzo no tengo la sensación de ser yo mismo. Me siento bastante cómodo con mi familia pero incluso con ellos a veces noto la tensión de no estar a solas.»

Y así, a lo largo de las páginas, vamos descubriendo la singular personalidad de James, a quien algunos han comparado con Holden Caulfield, el protagonista de El guardián entre el centeno de Salinger. Sin embargo, el personaje de Cameron es mucho más que un mero pastiche de novelas de iniciación anteriores, James me ha resultado un personaje actual y vivo, con entidad propia, con el que me he reído gracias a sus ocurrencias y, también, con cuyos problemas he empatizado:

«Me di cuenta de que estar en la consulta de una psiquiatra y que esta me preguntara cómo me sentía era algo que me ponía triste: […]

–  Supongo que ha hablado con mi padre.

– En efecto. La verdad es que hablé con los dos, pero solo brevemente.

– ¿Qué le dijeron?

– Me dijeron que estaban preocupados porque no parecías muy feliz. Me dijeron que eres antisocial y que tiendes a la soledad. También mencionaron el incidente con el aula nacional el mes pasado. […]

– Me dijeron que tuviste algunos problemas con una dinámica de grupo y una experiencia de pánico.»

A destacar: Algún día este dolor te será útil es una novela que trata temas como la soledad, las familias desestructuradas, la depresión o el paso de la adolescencia a la vida adulta desde una perspectiva actual y cercana, con un estilo limpio y sencillo que hizo que devorara la novela en tan sólo una tarde. Y este es uno de sus grandes aciertos: su estilo limpio y sencillo. ¿Acaso no se pueden abordar temas duros y serios desde un lenguaje llano en el que la ironía y la risa también estén presentes? Porque a pesar de la complejidad de los asuntos tratados, esta novela es una comedia agridulce repleta de diálogos ácidos que vienen casi siempre de la mano del joven James y que, en ocasiones, mi cabeza los imaginaba a modo de ‘sitcom’ televisiva. Una mordaz ‘sitcom’ literaria con la que he disfrutado mucho:

«Oí que mi madre se detenía en la puerta, pero no levanté la vista.

– Ah, estás en casa- me dijo. […] Creía que habrías salido. ¿No deberías haber salido?

– ¿Para ir adónde?

– No lo sé. Fuera. A una fiesta o algo por el estilo. O al cine. Tienes dieciocho años y es viernes por la noche.

– Jueves por la noche.

– Lo mismo da. Deberías haber salido. Me preocupas. ¿Qué estás haciendo?

– Miro casas. […]

– ¿Y por qué haces algo tan raro? No sabía que buscabas casa.»

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