El Recomendado del Mes (Abril 2016): Vida hogareña
Algunas lecturas exigen, como los buenos vinos, saborearlas a pequeños sorbos, dejarse llevar por sus palabras, por la calidez de la prosa y las sensaciones que evoca. Esto es lo que me ha ocurrido con Vida hogareña, el primer libro de la escritora norteamericana Marilynne Robinson que hace unos meses reeditó la editorial Galaxia Gutenberg. Tenía ganas de adentrarme en la prosa de esta autora y el resultado ha sido excelente.
Vida hogareña es un relato envolvente que me transportado, siempre con hábil maestría narrativa, a la desolación de una familia, a la historia de unas hermanas que deambularán durante su infancia entre unos y otros familiares, sin tener una figura materna o paterna sólida sobre la que apoyarse. Por traernos una prosa sencilla pero llena de lucidez gracias a la que se construye un relato pausado que invita a disfrutar con cada párrafo; por ofrecernos un estilo que subraya la atmósfera desoladora y nostálgica que envuelve la casa familiar escenario de la acción; por construir unos personajes introspectivos con sus defectos y rarezas. Por todo ello, Vida hogareña de Marilynne Robinson y Galaxia Gutenberg se convierte en el Libro Recomendado del Mes de Abril en Vadeletras.
La ópera prima de esta escritora nos traslada al seno de una familia que vive en el pequeño pueblo de Fingerbone. Más concretamente a la historia de Ruth, la voz narradora, y de Lucille, su hermana menor, dos niñas que crecerán marcadas por la pérdida y cuya tutela será ejercida por varias mujeres de la familia. Tras perder a su abuelo en un accidente de tren, ambas sufrirán también el abandono de su madre que, tras dejar a las niñas con su abuela, se suicidará despeñando su coche por un lago.
Tras este fatídico hecho, su abuela asumirá la responsabilidad de criar a sus nietas hasta que, lamentablemente, también fallece. Sus variopintas tías abuelas Lily y Nona Foster tendrán que ejercer de improvisadas madres a pesar de que siempre han pasado su vida solteras y viviendo casi en la indigencia en una pequeña habitación de hotel subterránea. Poco acostumbradas a tratar con niñas, su actitud hacia Ruth y Lucille oscilará entre el miedo y la desconfianza. El testigo en la crianza de ambas lo recogerá su tía Sylvie, hermana de su madre, de carácter excéntrico e inestable, una actitud que chocará con el de sus sobrinas y provocará situaciones de incomprensión por parte de la pequeñas.
Robinson nos introduce de lleno en la soledad y el ambiente rural de un pueblo inventado, Fingerbone, donde transcurre una acción pausada mostrada a través de preciosas metáforas y vivas descripciones. Todo ello para presentarnos un devastador panorama donde se subraya, sin estridencias, la tragedia y los azarosos golpes del destino que persiguen a esta familia. Ruth y Lucille crecen al amparo de muchas mujeres, todas ellas solitarias y que cargan en su mochila vital con un pasado complejo: una abuela que perdió a su marido; una madre que se suicidó; unas solteronas tías abuelas excéntricas y una tía que huyó de la casa familiar. En este movedizo terreno Ruth y su hermana tendrán que afrontar una difícil infancia que su autora construye intercalando reflexiones y descripciones maravillosas de esa atmósfera rural y solitaria que impregna toda la obra.
«El bosque nos inquietaba. Nos gustaban los pequeños claros, los espacios despejados donde crecían fresas silvestres. Los ranúnculos son la materialización de la luz amarilla y húmeda que ilumina esos rincones. (En esas montañas, los ranúnculos son raros y delicados, de flores brillantes, satinadas e inmensas en tallos cortos. La gente los arranca con las raíces, con la tierra y todo, y se los lleva a casa como trofeos. Los periódicos dan premios a los más tempranos. En los jardines, perecen.) Pero las profundidades del bosque son tan oscuras y severas, y están tan saturadas de sus propios aromas, como el salón de una casa antigua. Caminábamos entre aquellas inmensas piernas, oyendo subyugadas los murmullos incesantes muy por encima de nuestras cabezas, como niños en un funeral».
El pueblo anodino y gris como enclave, la casa de madera que construyó el abuelo Edmund en mitad de la nada, el lago que es el trágico destino de dos de sus personajes. Son pequeños elementos que cobran protagonismo en esta novela donde la naturaleza, lo rural y lo hogareño se funden para ofrecernos mucho más. Porque esa aparente vida tranquila y calmada esconde un trasfondo mucho más profundo de sufrimiento, soledad e inestabilidad. Y es que rarezas y tragedias hay en todas las familias pero ningunas son trasladadas con la fuerza que nos transmite Robinson en esta novela, donde la acción es lo menos importante.
A través de una elegante prosa, llena de elementos reflexivos y psicológicos, de un marcado tono poético y unos personajes discretos pero al mismo tiempo histriónicos, Marilynne Robinson nos narra la difícil cotidianidad en medio de la tragedia, la lucha por vivir una existencia plácida cuando un complicado pasado nos persigue y construye un hábil retrato de la frágil etapa de la infancia, al mostrarlo todo desde la perspectiva narratora de Ruth.
En definitiva, Vida hogareña es el extraordinario debut narrativo de esta escritora norteamericana de poderosa fuerza relatora. Por su arte para construir una atmósfera devastadora con un lenguaje poético y lleno de plasticidad; por mostrarnos las tragedias y rarezas de una familia que aparentemente vive en un ambiente tranquilo y casero; por fundir con maestría la psicología y la introspección con la naturaleza y lo tangible; por todo ello, Vida hogareña es el Recomendado del Mes en Vadeletras.
A destacar: Una excelente prosa poética que hace disfrutar de cada párrafo de este evocador relato familiar.
Título: Vida hogareña
Autor: Marilynne Robinson
Editorial: Galaxia Gutenberg
Páginas: 217
Precio: 19 €
Valoración:
Gracias a Galaxia Gutenberg por el envío del ejemplar.
Comentarios recientes