Castizo expolicía en el Madrid ochentero
La novela negra es una de mis debilidades. Y es que cuando leo un libro de este género me gusta convertirme un poco en esos detectives o policías que pululan por sus páginas desentrañando misterios, descubriendo asesinos o desvelando las oscuras razones que llevaron a alguien a cometer un crimen. Pero también tengo mis manías. Si se trata de un personaje detectivesco que ya cuenta con una saga de varias novelas, me gusta empezar siempre por la primera, es decir, aquella en la que se nos presenta al personaje.
Y este ha sido el caso de Un beso de amigo del malagueño Juan Madrid, uno de los escritores de novela negra mejor considerados por la crítica con sagas tan conocidas para el público como la de Brigada Central (llevada a televisión a finales de los ochenta). En esta ocasión, la novela reseñada es la primera entrega de uno de sus personajes más famosos, el expolicía y exboxeador castizo, Toni Romano. ¡Ah! Aunque actualmente encontraréis el libro publicado en bolsillo por Ediciones B, lo cierto es que yo lo leí por una edición de 1987 de la editorial Júcar. ¡Toda una reliquia que aquí os muestro!
La historia se sitúa en el Madrid de la transición democrática donde Toni Romano malvive después de que quebrara la agencia de detectives en la que trabajaba. Este ex cobrador de morosos, ex boxeador y ex policía deberá aceptar encargos comprometidos para ganarse la vida: desde la búsqueda de una adolescente fugada de casa hasta la de un alemán, Otto Schultz, acusado de robar unas cartas comprometedoras para el empresario Ignacio Elósegui.
El resultado será una trama en la que se mezclan la política, la corrupción, los negocios turbios, las traiciones, el mundo del boxeo y el de los bajos fondos del Madrid ochentero y donde, ya desde el comienzo, se intuye el carácter solitario y buscavidas del protagonista:
“He conocido épocas malas en mi vida, pero como la que estaba pasando al final de aquel verano, poco después de que muriera el general, no recuerdo ninguna. La agencia de detectives Draper había quebrado hacía tres meses y yo no cobraba el paro ni tenía seguridad social. Y, lo que es peor, tampoco tenía posibilidades de encontrar otro trabajo. De modo que cuando un antiguo cliente del viejo Draper acudió a mí para que le encontrase a su hija que llevaba varios días sin aparecer por casa, acepté inmediatamente”.
Un buscavidas que, a pesar de sus rasgos algo zafios, también tiene su lado amable ayudando a su sobrino Alfredo y su prima Dora; a su amigo y confidente Yumbo, un excampeón de boxeo venido a menos; o rememorando tardes de infancia con un viejo compañero del barrio, Luis Torrente.
El debut de la saga de Toni Romano resulta notable, con una trama que se ajusta fielmente al código de la novela negra llena de personajes claroscuros y donde la fuerza de los diálogos resulta tan destacable como la de los frecuentes puñetazos y peleas que se cuelan entre las páginas. No obstante, lo que menos me ha atraído es precisamente la personalidad del detective Romano que parece utilizar a veces la violencia de manera gratuita e injustificada, intentando imitar a los detectives de novela negra por antonomasia:
“De modo que le sacudí un taconazo en la rodilla izquierda, me volví y le apliqué un directo a la boca que me hubiera gustado que ustedes hubiesen visto”
A destacar: El libro retrata con bastante realismo el Madrid de aquellos años posteriores a la Transición pudiéndose apreciar el cambio que han experimentado barrios como el de Malasaña. La gran cantidad de bares de aquel Madrid ochentero (cervecería Hamburgo, bar Durán, cafetería Levante…) que se mencionan daría para una ruta detectivesca y gastronómica por las tascas de la capital. Algunas seguro que todavía aún perviven y tienen solera.
Título: Un beso de amigo
Autor: Juan Madrid
Editorial: Ediciones B
Páginas: 192
Precio: 10 €
Valoración:
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