Descendientes de Nicolás Muñoz

Descendientes es el título de la novela que os traigo hoy, escrita por el madrileño Nicolás Muñoz y publicada por Automática Editorial, una historia que nos lleva a la capital madrileña durante los últimos coletazos del Franquismo para contarnos la infancia y la adolescencia de Mateo, marcada por la desaparición de su padre, un adinerado joyero que presuntamente ha sido víctima de un secuestro. ¿Por qué su madre y sus tíos no quieren explicarle la situación? ¿Qué secretos esconde esa misteriosa desaparición? Las respuestas a estas preguntas las vamos descubriendo a medida que avanza la trama.

Descendientes de Nicolás Muñoz y Automática Editorial

Pero, en la actualidad, Mateo ya no es ningún niño: ahora es un hombre maduro, con un estado de salud algo desmejorado. que vive en La Habana y al que las dudas y los errores del pasado le siguen persiguiendo. Y es que Mateo es el padre de Henry, un hijo al que abandonó años atrás y al que, gracias a las redes sociales, ha podido encontrar. Entre las páginas nos sumergiremos en las reflexiones de este Mateo ya adulto y en los temores que le genera este reencuentro.

«Me levanto, sonrío y me marcho. Pienso por primera vez que escribir a Henry ha sido un error. El tema me está haciendo perder un tiempo que no tengo. Debería concentrarme en intentar comprar Viagra. Solo me quedan cuatro pastillas. Igual mi corazón colapsa a la primera, pero lo mismo aguanta las cuatro, y entonces me quedaré sin combustible. A ver si hay suerte y la amiga de la compañera de ETECSA es merecedora de usar una de mis últimas balas. No parece que vaya a ser una profesional. Las profesionales tienen sus chulos y sus porteros para conseguir clientes. Esta querrá pasar una buena noche y que le dé una ayudita. Es posible que se conforme con un poco de ropa».

A partir del ir y venir entre el pasado y el presente de Mateo, Nicolás Muñoz nos presenta un relato que destaca precisamente por la sinceridad que desprende la voz narrativa de su protagonista. Cargado de ese pasado que tanto le pesa, Mateo sigue invadido por sus miedos y no esconde sus ganas de vivir ni tampoco la debilidad física que le está llegando ya en su vejez. La elección de esos dos tiempos y espacios narrativos, su pasado e infancia en el Madrid de los años 60 y su madurez en La Habana, nos ayudan a entender un poco mejor qué es lo que le llevó hasta donde está y cómo fue su vida en esa España que aún sufría las consecuencias de un régimen dictatorial.

Descendientes es también una novela que retrata, en primera persona y con gran acierto, la compleja etapa de la adolescencia. Recorreremos junto a Mateo esa época en la que la amistad va siempre por delante de cualquier otra obligación o compromiso; conoceremos sus inquietudes y las dificultades en su relación con sus familiares más cercanos como su madre o su tía. Todo al mismo tiempo que apreciamos esa atmósfera represiva que caracterizaba a ese Madrid tardofranquista.

Infancia y vejez cierran el círculo cuando entra en escena nuevamente el presente y con él, también, Henry, el hijo al que abandonó Mateo. Dos generaciones y muchas preguntas y respuestas en el aire. A través de una narración pausada, unos diálogos realistas y un ligero tono melancólico, Nicolás Muñoz recrea en Descendientes la cara y cruz de Mateo, su pasado y su presente en una novela que trata temas como la paternidad, la identidad, la adolescencia o la vejez.

A destacar: La sincera voz del protagonista que narra su adolescencia en el Madrid tardofranquista y nos hace partícipes de sus temores y alegrías ya en su madurez.

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