El Recomendado del Mes (Febrero 2015): «Hotel del Norte»
Empezamos un mes invernal con una cálida y agradable novela que me ha hecho pasar unas deliciosas tardes de lectura. Este mes de Febrero recomiendo una historia que me ha entusiasmado por su frescura, por la delicadeza y sencillez con la que está narrada. Una narración que me ha llevado de la mano por las habitaciones de un hotel, el mítico Hôtel du Nord parisino situado en el distrito décimo del Quai de Jemmapes, en el que he conocido a cada uno de los singulares huéspedes que iban y venían entre capítulo y capítulo.
Hotel del Norte es una novela que publicó en 2012 la editorial Errata Naturae (que tiene en su catálogo otros maravillosos libros como Las chicas del campo de Edna O’Brien) escrita por Eugène Dabit. El autor, hijo de los propietarios de este hotel, acabó instalándose junto a sus padres allí y ejerciendo como portero de noche, algo que le sirvió para observar a los huéspedes que deambulaban día tras día entre las paredes de este entrañable edificio. Fruto de todo ello fue esta novela que salió a la luz en 1929 y cuya versión cinematográfica dirigió en 1938 el cineasta francés Marcel Carné. No he visto esta película pero, con lo que me ha gustado el libro, espero poder hacerlo muy pronto.
Nos encontramos en el París de los años veinte, momento en que la familia Lecouvreur adquiere un pintoresco edificio como negocio, el Hotel del Norte, situado a orillas del canal Saint-Martin, en el número 102 del muelle de Jemmapes. La irrupción de esta entrañable y humilde familia como propietarios del hotel será el punto de partida para conocer el París de aquella época a través de las relaciones y situaciones, tanto cómicas como dramáticas, que se establecen entre cada uno de los huéspedes que circula por el establecimiento. Louise Lecouvreur acabará contratando como criada a Renée Levesque, una campesina rubia y gordita, para que le ayude en las tareas de limpieza del establecimiento. No será la única empleada que pase por el hotel…Capítulo a capítulo nos embriagaremos del aroma y la calidez que desprenden las habitaciones de este humilde pero entrañable hogar de paso.
«Caminan tranquilamente, un poco aturdidos por la calidez de la comida. Cae una lluvia fina; las calles están desiertas; pero para ellos la noches es triunfal y cómplice de sus sueños. Cruzan la plaza Jules-Joffrin. Ahí está la iglesia de Notre-Dame Clignancourt; de frente, el consistorio donde los Lecouvreur se casaron. ¡Qué lejos queda todo aquello después del largo camino recorrido!
-¿Te acuerdas? -murmura Louise, que se apoya con ternura sobre el brazo de su marido.
Está turbada por la confianza. Esta visita al Hotel del Norte se prolonga en su interior, enigmática. Nunca hubiera imaginado semejante ambiente. ¿Puede que esté destinada a encuentros extraños? ¡Bah! Hay que aferrarse a la vida. Y lo desconocido no carece de atractivo ni de beneficios. Y ya han sido suficientemente despreciados porque vivían en la buhardilla; se creía que eran pobres, que no tenían contactos. «Todo va a cambiar», piensa».
Hotel del Norte es una historia sencilla que destaca por la rica galería de personajes que nos presenta. Desde Louis, Mimar y Marius Pluche – los empedernidos jugadores de cartas y clientes asiduos en el café del hotel que se reúnen como pretexto para beber- hasta una familia de artistas -los Farges – que amenizarán con un cómico sketch la velada del 14 de julio. Seremos testigos de amores, desamores, de historias de matrimonios mal avenidos y de otras pasiones que se forjan en pleno hotel, de huéspedes que malviven en la miseria, que buscan el refugio para sus últimos días, que viven el día a día entre alegrías y penas u ocultan secretos inconfesables para aquella época. Un sinfín de pequeñas tramas entrelazadas que se dan cita en un libro que es a la vez muchos con unas exquisitas descripciones del carácter y los huéspedes que visitan el Hotel del Norte.
«Delphine y Julie vivían en el hotel como habrían vivido en provincias. Lentas, puntillosas, preocupadas por el futuro y timoratas frente al azar, no salían nunca. Su habitación, cerrada a los ruidos del exterior, estaba hecha a su imagen: decorada sin gracia, sin aire, donde nacían y morían sus sueños de solteronas.
Delphine tenía treinta y seis años; Julie, treinta y uno. Se parecían, decía Louise, «como si fueran gemelas»: los mismos rasgos, la misma carne insulsa, los mismos ojos turbios. Pero, sobre la mejilla izquierda de Delphine, una verruga coronada por un manojo de pelos, y unos labios finos le daban una cara arisca, mientras que el rostro de Julie expresaba dulzura».
He pasado un gran rato siendo testigo, capítulo a capítulo, de unas vidas singulares, otras alegres y frenéticas, algunas aburridas o desesperanzadoras pero, en general, Hotel del Norte es un libro que deja un buen sabor de boca, una sensación de haber disfrutado con la mezcla de emociones que evoca cada pequeña historia relatada en la novela. Historias para todos los gustos, distintas unas de otras, como las vidas de los huéspedes que se hospedan en cualquier hotel. Un libro que este mes de febrero ocupa un lugar especial en Vadeletras siendo el Recomendado del Mes. ¡Os animo a que descubráis el París de los años 20 a través de estas entrañables habitaciones situadas, ya sabéis, en el distrito 10 del muelle de Jemmapes!
A destacar: Una novela que esconde muchas historias detrás, muchas vidas, las de los personajes secundarios, los verdaderos protagonistas que son los huéspedes de este hotel. Una prosa sencilla y tierna, que no cae en lo empalagoso y que te lleva de la mano entre sus páginas convirtiéndote en testigo de primer nivel de los misterios vitales que se esconden en en el interior de las habitaciones del establecimiento.
Autor: Eugène Dabit
Editorial: Errata Naturae
Páginas: 182
Precio: 16,50 €
Valoración:
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